Dijo el Buddha: “Cada cual es refugio de sí mismo. ¿Qué otro refugio podría haber? Exhortó a sus discípulos a que “Ellos mismos fuesen su refugio”, y no buscasen nunca otros refugios o ayudas. El Buddha enseñó animó y estimuló a cada uno a auto desarrollarse, porque mediante su propio esfuerzo e inteligencia, el hombre tiene en sus manos el poder de liberarse de toda servidumbre. Y en otra parte declara: “Vosotros mismos debéis hacer el esfuerzo, pues los tathagatas solo enseñan la senda”.